Personas reconocen que desperdician más alimentos en verano: ¿Qué cuidados necesita la comida?

Disminuir el desperdicio de alimentos en verano es posible si combinamos una adecuada planificación, el respeto por la cadena de frío y una manipulación cuidadosa de cada producto.

El verano trae consigo altas temperaturas que pueden deteriorar rápidamente nuestros alimentos, impactando tanto en el bolsillo como en la salud. De hecho, un sondeo reciente de la startup Cheaf –dedicada a reducir el desperdicio de alimentos en el país– reveló que el 48% de sus más de 1.500 usuarios admite desperdiciar más comida en esta temporada, siendo las frutas (50%) lo que más botan, seguidas de verduras (26%), restos de preparaciones (22%) y lácteos (3%).

Para evitar intoxicaciones alimentarias y pérdidas económicas, es clave conocer las necesidades de cada producto y organizarse en el hogar. A continuación, te compartimos los resultados del sondeo y cinco consejos prácticos para cuidar los alimentos en verano.

El impacto de las altas temperaturas en el desperdicio de alimentos

Las temperaturas propias de la temporada estival aceleran el proceso de descomposición, lo que puede significar pérdidas económicas y un desperdicio de recursos utilizados en la producción y comercialización de alimentos. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año un 10% de la población mundial sufre alguna Enfermedad de Transmisión por Alimentos (ETA), situación que se agudiza cuando hace calor y no se mantiene la cadena de frío adecuada.

¿Qué hacen las personas para evitar el desperdicio?

El estudio de Cheaf indicó que frente a las altas temperaturas y el riesgo de contaminación, las personas han adoptado medidas como:

• Refrigerar todo (40%): guardar la mayor parte de los alimentos en el refrigerador.
• Comprar en menores cantidades y con más frecuencia (29%): evitar la compra masiva para consumir los productos rápidamente.
• Congelar sus alimentos (22%): conservar en el freezer para extender la vida útil de los productos.
• Cocinar y luego congelar (10%): preparar anticipadamente comidas que no se consumirán de inmediato.

“Es importante manipular y almacenar correctamente los alimentos que pronto se consumirá, manteniendo siempre la cadena de frío para evitar que estos eventualmente se deban descartar. (…) Podemos planificar nuestras compras considerando lo que vamos a consumir cada día, así como la duración y necesidades de almacenamiento de los alimentos”, comenta Elena López, cofundadora y COO de Cheaf.

Cinco consejos para cuidar los alimentos en verano

• Lavar antes de almacenar
  Las frutas, verduras y algunos productos envasados pueden traer patógenos, bacterias o residuos químicos. Es fundamental lavarlos apropiadamente antes de guardarlos. Una práctica recomendada es limpiar con agua, vinagre y bicarbonato para eliminar cualquier rastro de contaminantes.
   
• Mantener los alimentos calientes si se consumirán pronto
  Según la Agencia Chilena para la Inocuidad y Calidad Alimentaria (Achipia), los alimentos deben conservarse a una temperatura mínima de 60°C durante su mantenimiento en caliente. Esto garantiza su inocuidad y previene la proliferación de bacterias.
   
• Refrigerar rápidamente
  Cuando no se consuman los alimentos de inmediato, se recomienda enfriarlos y refrigerarlos cuanto antes. Las altas temperaturas veraniegas favorecen el crecimiento de microorganismos, por lo que enfriarlos rápido es vital para prevenir intoxicaciones.
   
• Conocer las cualidades de cada alimento
  No todos los alimentos requieren el mismo tipo de almacenamiento. Algunos necesitan refrigeración inmediata, otros se conservan mejor en lugares frescos y oscuros, y sus tiempos de refrigeración y congelación pueden variar una vez cocidos. Conocer estas diferencias evita desperdicios y problemas de salud.
   
• Planificar las compras y las comidas
  La organización es clave para no acumular productos de más. Conocer los hábitos de consumo familiares permite comprar y cocinar lo justo, evitando que sobre comida y se pierda dinero. Además, se optimiza el espacio de almacenamiento en refrigeradores y congeladores.

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