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Por Agustín de VicenteCambio cultural: aspecto clave en la transformación digital de América Latina
Sebastián Giraldo, director de Innovación y Tecnología de Schneider Electric, destaca la necesidad de integrar las tecnologías con una mentalidad adaptativa para lograr una digitalización efectiva y sostenible.
El rápido avance de las tecnologías digitales y la creciente transversalidad de sus aplicaciones han impulsado a diversos sectores productivos a adoptar una amplia gama de soluciones tecnológicas con el fin de optimizar sus procesos y lograr operaciones más eficientes y sostenibles. Este cambio se ve reflejado en el informe “Un camino digital para el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe” de Cepal (2022), que destaca cómo varios países de la región están orientando sus agendas digitales hacia programas específicos que fomentan la adopción de tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, blockchain, Internet de las cosas (IoT) y robótica avanzada en sectores productivos estratégicos.
En este contexto, Sebastián Giraldo, director de Innovación y Tecnología de Schneider Electric, subraya que la transformación digital no puede lograrse mediante la implementación aislada de estas tecnologías, sino que deben integrarse para maximizar su impacto y asegurar beneficios tangibles en las diversas industrias. “Para mí, es una suma de todo. Hablar -por ejemplo- solo de gemelos digitales o inteligencia artificial sin una base sólida y sin una solución de machine learning, no tiene valor”, explica.
Así lo ha entendido la industria y, en el caso de Schneider Electric (SE), la compañía ha adoptado este enfoque integral, ampliando su gama de productos conectados en el entorno operativo, donde el Edge Control desempeña un papel fundamental al acercar la inteligencia del negocio directamente al proceso. Además, SE ha realizado importantes inversiones en servicios, analítica e inteligencia artificial con el objetivo de agregar valor a través de una gestión avanzada de datos. “Lo que estamos haciendo es conectar todo ese tipo de variables en búsqueda de eficiencia y sostenibilidad, que es lo que nos interesa como organización”, enfatiza el ejecutivo.
Cambio organizacional para la transformación digital
No obstante, Giraldo enfatiza en que la transformación digital va más allá de la tecnología; requiere un cambio cultural profundo dentro de las organizaciones. “Este proceso no depende únicamente de la tecnología, sino también de un cambio en la mentalidad. La transformación digital sin transformación cultural no avanza. Termina siendo solo un software, una inversión, un costo, si no viene acompañado de un cambio en la cultura, porque esa tecnología tiene que escapar del mundo IT. Tiene que servir en el área financiera, comercial y en la cadena de suministro”, precisa.
En apoyo a esta perspectiva, el artículo “Gestión del cambio: las personas en el centro de la transformación digital de Practics Business Solutions (2023)” destaca que involucrar a las personas en el proceso de transformación digital permite identificar mejor las necesidades y preocupaciones de todas las partes interesadas, asegurando que el equipo entienda cómo el cambio les afectará y por qué se están tomando ciertas decisiones. Este enfoque facilita una mayor adopción de las nuevas tecnologías.
Giraldo reconoce que algunas compañías pueden mostrarse reticentes a esta transformación, lo cual atribuye al desconocimiento. “Piensan que tiene un valor elevado y ejecución complicada, pero ahí es donde entra nuestro rol como asesores en Schneider Electric. A través de nuestra red de canales ayudamos a las empresas a comprender los beneficios del cambio y a superar ese temor. Nuestras soluciones, probadas a nivel mundial, permiten a las compañías realizar pilotos y avanzar de manera gradual distribuyendo la inversión en el tiempo, lo que facilita enormemente la migración hacia nuevas tecnologías”.
El representante de Schneider Electric concluye que Latinoamérica está avanzando en la dirección correcta en este ámbito, aunque “aún no hemos alcanzado el nivel de los países desarrollados. La tendencia es positiva, al igual que la inversión, especialmente después de la pandemia, que es cuando más se han evidenciado los cambios en el orden global y la búsqueda de nuevas fuentes de suministro, lo cual nos ha beneficiado como región, permitiéndonos aprovechar al máximo nuestro potencial, tanto humano como de recursos”.
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