Naturaleza Protegida
Por Agustín de VicenteEl oso polar: un ícono del impacto del cambio climático
El 27 de febrero se conmemora el “Día Internacional del Oso Polar”
Los osos polares (Ursus maritimus) son animales magníficos, reconocidos mundialmente por su característico pelaje, su gran tamaño y por ser considerados los reyes del Ártico. Esta fascinante especie, clasificada dentro de los mamíferos marinos, es un ícono del polo norte y son esenciales para mantener el equilibrio de la biodiversidad de su ecosistema.
El 27 de febrero es el “Día Internacional del Oso Polar”, una fecha propuesta por Polar Bear International para aumentar la concientización sobre el impacto del calentamiento global y el peligro que supone el deshielo para el hábitat de estos animales.
Así, en la actualidad los osos polares enfrentan un grave peligro que pone en riesgo sus vidas: el cambio climático, fenómeno que afecta directamente a su hogar y forma de vida. Al depender en gran medida del hielo marino del Ártico para cazar focas, estos osos tienen que esperar cada vez más tiempo sin alimentarse, pues éste se está derritiendo antes en la primavera y se forma de manera más tardía en el otoño. Con el paso de los años, esta situación se ha vuelto crítica, pues la dificultad para conseguir comida es cada vez mayor ya que implica un gasto de energía muy elevado para soportar el ayuno prolongado por el que deben pasar.
Para conmemorar este “Día Internacional del Oso Polar”, WWF Chile nos compartió algunos datos muy interesantes sobre esta especie:
No son blancos
Su llamativo pelaje, aparentemente blanco, es en verdad transparente, ya que no poseen ningún tipo de pigmento. Cada cabello refleja la luz que llega a ellos, provocando el color al que estamos acostumbrados. De hecho, la piel del oso es en verdad negra, con la que atrae la radiación solar y aumenta el calor corporal.
Sangre en lugar de agua
Para ellos, beber agua no es una necesidad vital, ya que gran parte del agua dulce del Ártico está congelada y la de mar en su ambiente es salada y ácida. Por tanto, todos los fluidos que consumen provienen de la sangre de sus presas y la descomposición de la grasa que almacenan en su cuerpo.
Súper olfato
Su capacidad olfativa es tan aguda, que pueden detectar a una foca nadando en el agua, debajo de un metro de nieve, y por si fuera poco, estando a un kilómetro de distancia.
Récord Guinness
Guinness World Records consigna a los osos polares como los carnívoros terrestres más grandes del planeta. Los machos adultos suelen pesar entre 400 y 600 kilos, y tienen una longitud de 2.4 a 2.6 metros, desde la nariz a la cola.
Más veloces que un corcel
Pueden alcanzar velocidades que rondan los 40 km por hora, sin embargo, correr con tanta presteza implica un gasto energético demasiado elevado para la cantidad de alimento que consumen, por lo que es muy habitual que lo hagan.
Nadar sin parar
Se sabe que el nado más largo que ha hecho un oso polar es de una distancia de 687 km seguidos. El periplo se registró en el Mar de Beaufort, en el océano Ártico cercano a Norteamérica. Lamentablemente, la causa de esta travesía fue el deshielo.
Un tercio puede desaparecer
La población de osos polares se estima entre 22.000 y 31.000 ejemplares en el mundo, aproximadamente. No obstante, para el año 2050, el número puede disminuir en un 30% debido a la rápida pérdida de hielo marino, elemento del que dependen para cazar, reproducirse y descansar.
Además de la ancestral importancia cultural que tiene para las comunidades de la región boreal, los osos polares desempeñan un papel fundamental en la cima de la cadena trófica y en el bienestar del medio ambiente marino, motivo por el cual son un indicador primordial para conocer el “estado de salud” del polo norte. Se puede decir que son “los canarios” de la mina natural que es el Ártico.
Lamentablemente este rey del frío se está quedando sin hogar y es nuestro deber detener las amenazas que lo tienen en peligro.
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